miércoles, 4 de junio de 2008

Las relaciones humanas y el mundo virtual

¿Quién no ha visto o jugado nunca con un videojuego?, ¿quién no tiene una opinión formada al respecto de éstos?

Hoy en día los videojuegos son la primera puerta de entrada de los niños al mundo virtual e informático.

El ser humano es social por naturaleza y es en sociedad donde se constituye; y el juego siempre ha sido una de las actividades más sociales que han existido. Pero con la llegada de los videojuegos esa forma de juego ha cambiado.
En la mayoría de ellos, por su propia naturaleza y estructura, son juegos individualistas (salvo algunos casos), excluyentes y lo más importante es uno mismo y su personaje.
Ahí es cuando surgen los conflictos, cuando se destruye la cadena de las relaciones entre seres humanos en favor de la exclusividad del jugador de videojuegos. A esta situación, se suman los prejuicios que sobrevuelan sobre los videojuegos. Prejuicios sexistas, de violencia, mala educación, adicción, etc.
Sin embargo, tal y como encontramos en el estudio de Begoña Gros Salvat “La dimensión socioeducativa de los videojuegos” (Edutec. Revista Electrónica de Tecnología Educativa) también es posible romper una lanza en favor de este tipo de entretenimiento.
Y es que con ellos se desarrolla y refuerza en los niños y jóvenes la capacidad de decisión propia, los reflejos y las habilidades psicomotrices.

No obstante, al margen de los videojuegos, en este mundo globalizado de hoy en día tenemos otras realidades “virtuales” que escapan al concepto de videojuego y que tienen miles de adeptos en todo el mundo. En ellos, además del entretenimiento se mezcla la vida y el propio dinero personal. Y a todo ello ha contribuido decisivamente la explosión de Internet en los años 90. A nadie escapa que fenómenos como Second Life o los Blogs (fotolog, vblog, audioblog, tuenti…) no hubieran existido si no hubiera sido por el desarrollo de la “red global”. En ellos, de una forma u otra plasmamos nuestra personalidad y un fragmento de nuestra propia vida y circunstancias.

Con todas estas ofertas recreativas, es decisión de cada uno el cómo utilizarlas; y por supuesto, en la sociedad de la información en que vivimos todos estamos “obligados” a conocer dónde están los límites y su funcionamiento.

Fotografías:

http://cariro.ibarra.cl/cariro.jpg
http://www.fempe.com/entretenimiento/eusebio.jpg


Información:

-Edutec. Revista electrónica de Tecnología Educativa
-Tendencias 21. Tendencias Tecnológicas.



Eduardo L.

domingo, 1 de junio de 2008

Las relaciones fraternales

Las relaciones entre hermanos son definidas como las relaciones humanas más complejas y a la vez de las más duraderas. ¿Por qué cuándo se es pequeño se puede llegar a tener verdadero rencor porque tu hermano te delate ante tus padres? o, por el contrario, ¿por qué podemos llegar a tener tanta complicidad y confianza con los hermanos?.
Las relaciones entre hermanos, según algunos psiquiatras infantiles, se encuentran entre las más satisfactorias y profundas de la vida, aunque puedan existir sus pros y sus contras.

Los celos, el favoritismo... son síntomas de los enfrentamientos que se dan en las primeras etapas de la vida fraternal. Debe ser vivida y superada. la función que deben llevar a cabo los padres es que esa rivalidad con el paso del tiempo se transforme en solidaridad y cooperación.
Las relaciones fraternales duran más que la mayoría de las amistades y se prolongan tras la muerte de los padres o la formación de parejas. Se intensifica en edad adulta, compartiendo una historia arraigada durante la niñez.

El amor fraternal es seguro de sí mismo, no siente culpa de controvertir o criticar porque estos aspectos forman parte del mismo; es voluntad, entrega y abandono pero sabes que siempre estarán ahí.

La fotografía pertenece a una fuente de archivo encontrada en:

http://personales.ya.com/nixweb/pelea.jpg


María

El trabajo, nuestra vida


El trabajo ocupa la mayor parte de nuestra existencia, y nuestros compañeros de oficina, pupitre o cadena pueden convertirse en las personas más especiales o más odiadas de nuestra vida. Como diría Maslow, el ser humano es un ser social, y por ello no puede evitar relacionarse con las personas que le rodean, tiende a reunirse en grupos de los que depende física y emocionalmente. Está claro que necesitamos crear lazos para sentirnos aceptados por la sociedad y qué mejor lugar que el trabajo para hacerlo.


El amor, el odio, el compañerismo, la amistad son relaciones a la orden del día en las oficinas. La hora del café, los chistes, las bromas, la superación conjunta de problemas son las causas que nos llevan a sentirnos tan apegados a nuestros compañeros.


Según un estudio de Hite Research Internacional el 42% de los empleados de 10 grandes compañías admitieron tener relaciones sexuales en el puesto de trabajo. Según el INE los sectores que más líos tienen entre sus trabajadores son los de producción (67,14 %) y los de las fuerzas armadas (57’82 %). Estas relaciones casi siempre acaban en escándalo… Bill Clinton lo sabe muy bien.


Pero no sólo amores, también miles de denuncias llegan cada día a los juzgados. El acoso sexual y el acoso psicológico, alimentado casi siempre por la envidia, son cada vez más comunes, no sólo entre compañeros adultos sino también entre niños en los colegios, llegando muchas veces a un desenlace trágico.


Las relaciones laborales deben cuidarse, la buena convivencia es la buena empresa.


Silvia